Me gustaría aprovechar este espacio para
emitir un pensamiento que ha rondado mi cabeza en los últimos meses, y que si
eres mexicano seguramente te interesará conocer para hacer tus propias
conclusiones. Se trata de la identidad nacional y la influencia norteamericana en el
mexicano.
Yo me pregunto, ¿verdaderamente somos tan
mexicanos en el día a día como cuando vitoreamos un gol de Javier Hernández con
la selección? Yo creo que no, y hay muchos ejemplos que lo demuestran. Un gran
amigo me mencionó al respecto que los mexicanos no vitoreamos de igual manera
el hecho de que uno de los nuestros gane medallas en un ámbito académico como
las matemáticas, ni disfrutamos de entonar el bello himno nacional un lunes por
la mañana, a diferencia de otras culturas que lo entonan con fervor cada vez
que se presenta la ocasión, y tampoco nos hace arder tanto el hecho de que
mueran 43 estudiantes a mano de nuestros representantes, como que seamos
eliminados de la Copa América.
La crítica no va dirigida al fútbol ni al
gusto por éste (al contrario, creo que es de las pocas cosas rescatables en este
país), sino a cada una de las acciones que como conjunto y como individuos nos
hacen culpables de la decadencia cultural que vivimos.