Foto: Santiago Arau |
El viernes 1 de julio hubo un tráfico fuera de lo normal en la Ciudad de México. El día anterior, 30 de junio, había sido el último día en el que se aplicó el Hoy No Circula “parejo”. El fin del HNC ampliado sacó a más de un millón de autos a las calles, sumado a los que habían estado saliendo diario en las semanas anteriores. Por si no fuera suficiente, ese viernes era quincena, llovió y, pues, era fin de semana. Viajes que, sin tráfico se hacen en 15 minutos, tomaron hasta dos horas.
Todas las circunstancias anteriores claramente aportaron, en gran medida, a que el tránsito estuviera así. Sin embargo, aun con esta
cantidad de autos y circunstancias, tráfico como el del viernes sería evitable. Lo que a los conductores nos falta es cultura vial y un poco de conciencia.
Con excepción de un par de detalles, creo que el Nuevo
Reglamento de tránsito, entrado en vigor en diciembre pasado, es una gran medida.
Es un reglamento que les da más relevancia y seguridad al peatón y al ciclista.
Además, opino, fomenta esta cultura vial.
Las fotos las tomé un par de horas antes cuando el tráfico estaba un poco más tranquilo. |
Vivo cerca de una esquina complicada pero relativamente
normal. El viernes en cuestión, esa esquina era imposible. Tenía planes
y esperaba, en mi casa, a ciertas personas que, según lo planeado,
llegarían alrededor de las 4 de la tarde. Sin embargo, llegaron pasadas las 6 pm. Me asomaba
por la ventana y veía esa esquina: Es la intersección de Av. Revolución (de dos
sentidos y camellón) y una calle de un sentido. Pasaban varios minutos y los coches
permanecían sin movimiento. El problema es que, en cuanto se pone el
verde y a pesar de que el otro lado de la calle se encuentre completamente detenido, todos sienten la imperiosa necesidad de avanzar (porque están estresados y
cansados de todo el tiempo que llevan ahí), por lo que sólo logran adelantar 5 metros para quedarse estáticos de nuevo, estorbando el cruce. Causando que, al ponerse el rojo y no moverse, los de la otra calle tampoco puedan cruzar. Si encuentran un pequeño
espacio para avanzar, lo hacen sin vacilación alguna, a pesar de que ven y saben que no
hay movimiento del otro lado, ya que la esquina siguiente también está detenida, pues en
Insurgentes la gente hace exactamente lo mismo, por lo que no se mueven y evidentemente estorban a los dos sentidos
de la avenida. Así no se puede.
Al ver esto, y sin gran cosa que hacer, bajé a tratar de
hacer algo. La estuve haciendo de oficial de tráfico. Después de “trabajar” un
rato, vi a dos policías de tránsito que no estaban haciendo nada. Fui a
preguntarles por qué, si la cosa estaba como estaba, no se ponían a trabajar.
Me dijeron que querían hacer algo, pero que al pedir a los coches que se
detuvieran (porque el otro lado no avanzaba) los automovilistas se ofendían. “Si
nos paramos enfrente, se nos lanzan, nos quieren atropellar (…). Es que no
tienen educación”. Los convencí de que cada quien agarrara un lado de la
esquina y trabajáramos para que la situación fluyera un poco. Comprobé lo que me decían. La gente no tolera que te le pongas enfrente aunque les señales
y expliques la situación. Estuve ahí alrededor de una hora y, a mi parecer, sí hicimos una diferencia. Nadie me atropelló, aunque he de admitir que sentí uno que otro “beso”
con la defensa en las rodillas.
La gente no puede pensar un poco en los demás. Nos cuesta
mucho entender que esto está muy mal. Si fuéramos un poco más consientes, nos
detendríamos (detrás de la cebra, por favor) al ver que el otro lado
no avanza, para que cuando les toque a ellos, puedan avanzar y, así, todo fluiría
mejor.
Nos falta educación a los automovilistas para respetar a los
peatones, ciclistas y a sus espacios. Nos falta educación a los ciclistas para
no pasarnos los altos (que sí, también son para ciclistas y peatones). Nos
falta educación para no usar el celular mientras manejamos, no dar vueltas
prohibidas, respetar los límites de velocidad y un largo, largo etcétera.
El reglamento de tránsito intenta fomentar esta cultura vial.
Lo hace de manera coercitiva, con multas bastante altas para las cosas que se
mencionaron antes y muchas más. Dice Cicerón que cuando una ley es buena y sensata; se
debe llevar a la gente de manera coercitiva y buscar que los ciudadanos la
adopten, pues es para su bien. Nos hace falta educación y cultura vial.
Quiero creer que no necesitamos coerción para ser más consientes con los demás
y hasta con nosotros mismos, mas no lo veo así.
@CarlosAburtoC
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