Yo estaba presente aquella tarde cuando recibió la llamada, apenas y lo podía creer, su expresión lo decía todo.
Aquella tarde de invierno se encontraba
tratando de localizarlo para asistir a una reunión por la noche, llamó a todas
partes, mandó mensajes a todos lados, no obtenía respuesta. Con un poco de
molestia recibió una llamada inesperada, era el mejor amigo de su novio.
—Es sobre Alejandro.
—¿Qué pasa con él?
No hubo respuesta.
—Vamos, dime ya.
—Me habló su mamá… y…
Apenas pudo completar la frase, las
palabras no podían seguir fluyendo.
El reposet del cuarto de su madre fue
quien la sostuvo al intentar asumir lo que había ocurrido. El tiempo se detuvo
por un par de minutos, ninguna lágrima brotó, ninguna palabra fue emitida, ningún
movimiento fue realizado hasta que su madre se paró en la puerta y preguntó qué
estaba pasando.
Ella no podía creerlo, jamás había
tenido que manejar una situación de tal magnitud, le expresó un par de
palabras, su madre trató de hacer una conexión entre ellas y comprendió lo que
había ocurrido. En ese momento ella se desmoronó y las lágrimas comenzaron a
fluir sin intención de ser controladas.
No planeaba ir al funeral hasta el día
siguiente, aún no se sentía preparada. Su mamá la llevó aquella noche, se
encontró con un par de amigos, muchos conocidos, pero no emitía ninguna
palabra, no lloraba, no sentía nada. Lo único que le venía a la mente era el
recuerdo del último momento en que lo vio, el último momento que estuvo en sus
brazos, la última vez que le dijo te quiero, jamás imaginó que sería la última
vez que lo viera con vida.
Le pidieron que dijera algo, las
palabras no salían, no quería pensar en ello, el dolor era demasiado para asimilarlo en tan sólo un par de horas. Le preguntaron si se encontraba
bien, ella contestaba que sí. ¿Realmente lo estaba?
Recuerdo que ella fue de las primeras en
entrar a la sala, se acercó temblando, nadie supo con qué fuerzas llegó a
pararse frente al cuerpo, su expresión reflejaba el dolor. ¿Cómo es que una
persona puede llegar a llorar tanto? ¿Cómo se puede sentir tanto dolor?
No aguantó estar un minuto más en aquél
lugar, salió corriendo a la calle y subió al coche, no quería hablar con nadie,
no quería que nadie le dijera nada. Se preguntaba: “¿Qué derecho tienen a
decirme algo que ellos no sienten?”.
Sólo quería llorar…
Aquella noche fue el inicio de una
interminable tristeza, de largos meses llorando a diario, pensando en cómo
quitarse la vida, tratando de encontrar algún motivo para seguir.
¿Cómo es esto posible si una parte de ti
está muerta?
Pero como mencioné con anterioridad, sólo soy una observadora.
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