Donald Trump y Brexit son dos síntomas de la misma
enfermedad: Ambos tienen el apoyo de un electorado que no siente que la
globalización los beneficie, que no quiere cambiar conforme a su país y el mundo, que cree que los inmigrantes generan desempleo e inseguridad y que no le
gusta la diversidad. Un electorado blanco, pobre y poco educado.
En el referéndum británico la decisión era claramente dicotómica: Salir o no. En la elección estadounidense hay cuatro candidatos que estarán en la boleta de los 50 estados: Jill Stein; del Green Party, quien no llega al 2% en prácticamente ninguna encuesta. Gary Johnson, libertario, que rasca los dos dígitos pero que, conforme se le empieza a dar más cobertura, deja ver que no está ni remotamente calificado para ser presidente, lo cual nos deja dos opciones: La populista demagógica anti-globalización y anti-diversidad de Trump y la sensata, establishment, desgastada y con déficit de confianza de Hillary. Las características anteriores aplican perfectamente para la campaña que apoyaba el Leave y la de Bremain, respectivamente.
En las campañas – y en los simpatizantes- de Trump y Brexit
hay muchas similitudes. Trump llamó a Brexit una “gran victoria” y Nigel Farage
ha estado en eventos de campaña con Trump. Sin embargo, lo que casi no se ha hablado es el parecido en la estrategia
de campaña de sus oponentes: Clinton y la gente de StrongerIn, respectivamente.
Ambos equipos han desarrollado sus campañas alrededor de sus oponentes, los dos
han enfocado sus esfuerzos en señalar las debilidades y las mentiras del
contrincante así como remarcar el porqué Trump como presidente o salir de la
Unión Europea es mala idea. El problema es que se lo dicen a un electorado que
ha mostrado, sistemáticamente, no tener interés en los hecchos y los datos duros, sino que basan su pensar en lo que sienten, y como buenos
populistas-demagógicos, los otros y les ofrecen les suena muy atractivo, aunque esto esté basado
en mentiras y falsos supuestos. Mientras se encargan de lo anterior, los estas campañas no han
prestado la suficiente atención a explicar por qué Hillary Clinton como
presidente o quedarse en la Unión Europea es buena idea, que sería lo más
correcto.
Esto de construir una campaña alrededor del otro, claramente
no funcionó con los que querían quedarse en la UE, pues como todos sabemos, ganó el Brexit. Sin
embargo, Hillary continúa aplicando la misma estrategia de manera muy clara. En
sus correos de campaña dicen estar “comprometidos con que Hillary sea electa (y
mantener a Donald Trump fuera de la Casa Blanca)”. Más o menos la mitad de los
tuits de Clinton están dirigidos, o son sobre Trump, incluyendo el que tiene
(al momento de escribir esto) fijado en su perfil, así como la mayoría de los
de @TheBriefing. Muchos de sus anuncios televisivos no hacen más que criticar
algo que Trump dijo. Incluso, uno de los slogans
de su campaña tiene el apellido de Donald en él: “Love trumps hate”. Un lema muy importante de los de Bremain era Stronger In -que fue el nombre de la campaña-. Hillary tiene un slogan muy parecido: Stronger Together.
También le ha gustado mantenerse al margen y dejar a Trump
destruirse solo. El pasado 8 de septiembre dio una conferencia de prensa
formal, el detalle es que llevaba ¡9 meses! sin dar una. Esto mientras simultáneamente
hace lo anterior: No dar la cara y no expresar sus argumentos de porqué ELLA
debería ser presidente y no sólo de porqué Trump no.
El problema es que muchos no confían en Hillary. Para muchos es
más de lo mismo y sin importar lo que diga les seguirá sin agradar. Lo
mismo pasaba con David Cameron y el establishment que apoyaba el Remain.
Perdieron. Ojalá en el resultado se acaben las similitudes.
@CarlosAburtoC
No hay comentarios:
Publicar un comentario