CUANDO TE PERDÍ

Todavía recuerdo cuando lo perdí.

Fue en un día caluroso de octubre, era tarde e íbamos camino a un concierto.

Lo conocí un poco antes de salir de la secundaria. Era vibrante, lo que menos esperaba.

Pasaba todo el tiempo con él, le enseñé mis canciones, le escribía mil cosas.

Podíamos platicar todo el día y nunca era aburrido.

Estaba tan emocionada, tan enajenada, que no me di cuenta cuando las cosas empezaron a fallar.

A veces se escapaba de mis manos, no íbamos al mismo ritmo y ya no se interesaba por mostrarme cosas nuevas.

Lo fui perdiendo poco a poco, hasta que un día desapareció.

Se lo llevó una persona que no conocía.

Mentiría si digo que ya lo olvidé, y claro que he tenido a otros, pero nunca ha sido lo mismo. Fue único.

Esa es la historia de cómo perdí mi celular.