El mercantilismo es una corriente de pensamiento económico que vio su apogeo en los siglos XVI y XVII. Se basaba en una economía suma cero, en la que había ganadores y perdedores en el comercio internacional; se promovía una férrea sustitución de importaciones, con aranceles altísimos. Uno de sus máximos representantes fue Jean Baptiste Colbert, miembro del gabinete de Luis XIV –monarca no muy famoso por apoyar causas sociales y la cooperación internacional.
Donald Trump es un mercantilista. Trump dice que Estados Unidos está perdiendo miles de millones de dólares con China y México. Es cierto que Estados Unidos tiene déficit comercial con estos países, pero no está perdiendo, sólo está gastando. Gran diferencia. Eso significa que EUA tiene un mercado interno gigantesco y demanda muchos productos. Según Macroeconomía básica, a medida que el PIB crece, las exportaciones netas decrecen, y EE.UU. tiene un PIB enorme, es natural. Trump no entiende eso. Dice que el déficit muestra debilidad y dependencia a los otros países. No es así, en todo caso, la dependencia sería al revés. Dice que los otros países los estamos “matando en comercio”. Economía suma cero.
Históricamente, los demócratas se han mostrado más en contra de libre comercio. En un candidato republicano es bastante raro. “Hay una buena probabilidad de que se enfrente a un oponente demócrata, Hillary Clinton, que ha expresado menos reservas sobre el comercio, invirtiendo una dinámica política que data de hace mucho tiempo”.1
El mercantilismo se basaba en acumular riqueza a expensas de otros. Trump dice que impondría aranceles de 45% a las importaciones para que empresas americanas no muevan sus empresas a otros países, porque se pierden muchos empleos que deberían ser para estadounidenses. Es cierto que se pierden empleos, eso es inevitable, pero estas medidas proteccionistas disminuirían la competencia y ocasionarían que los precios de muchísimos productos suban en demasía. Milton Friedman decía que la ganancia del comercio internacional es lo que importamos y lo que exportamos es el costo de esas importaciones. Sin embargo, Trump y Sanders, han esparcido la idea de que los tratados de libre comercio dañan a todos los estadounidenses “blue-collar”. “… se adolece de una falta de estrategia para que el público estadounidense asimile las ventajas, en términos no sólo de empleo e inversión, sino también de crecimiento en el poder adquisitivo que han provenido de la creciente relación comercial con México”.2
El libre comercio no mata. Moody´s realizó un estudio que concluyó que para 2019 –sólo dos años de Trump— en Estados Unidos, con la política proteccionista de Trump, no sólo México y China caerían en recesión, también EUA; se perderían 4 millones de trabajados y no se generarían otros tres. 7 millones de trabajos menos en sólo dos años.3
El mercantilismo decía que para extraer riquezas de otros países, además de por el comercio, se podía hacer a través de las colonias y la guerra. Hoy, el colonialismo no es lo que era en Europa hace 300 años. Sin embargo, eso no ha detenido a Trump, que asegura que desplegaría tropas estadounidenses en territorios del Estado Islámico para tomar su petróleo, “knock the hell out of the oil”, para que ISIS no lo use y venda.
Otra clásica del mercantilismo es promover los impuestos indirectos sobre los directos. Trump ha propuesto eso, junto a otros republicanos. Bajar los impuestos al ingreso y los corporativos y subir los indirectos (entre éstos, los aranceles). Medida profundamente regresiva.
Ha habido costos pero “hay una fuerte evidencia de que el comercio ha beneficiado a la economía de EE.UU. y ha creado nuevas industrias completas en las que Estados Unidos es ahora dominante. Esa es la esencia de la ‘destrucción creadora’ que hace a una economía de mercado tan potente: Se empuja sin cesar la innovación y el cambio.” 4
Los republicanos en general, y en particular Trump, creen que Estados Unidos está destinado a ser rey del mundo. No le importa mucho lo que le pase a otros países. Pero México y demás naciones perderían mucho. La liberalización ha traído un incremento tremendo en la productividad en México, que si bien es bastante baja, lo sería mucho más sin la globalización.
Estados Unidos y el mundo deberían de dejar de culpar a la globalización de todos los males del mundo, porque la globalización no es su enemiga.
1. Binyamin Appelbaum; On Trade, Donald Trump Breaks With 200 Years of Economic Orthodoxy; Marzo 10, 2016; New York Times.
2. Valeria Moy y Jorge Suárez; En defensa de la integración económica de Norteamérica, Foreign Afffairs Latinoamérica.
3. Donald Trump’s trade war could kill millions of U.S. Jobs, The Wasington Post.
4. David Ignatius; The Mistaken Bipartisan Attack On Free Trade; New York Times.
@CarlosAburtoC
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