Imagen tomada de Un Periodista en el Bolsillo
Me encontraba organizando los libros que quiero leer durante este verano, al tiempo que realizaba esta actividad, me encontré con mi antología de textos utilizada el pasado curso de “Literatura Mexicana e Iberoamericana”. Mientras la hojeaba, hallé “Un mundo sin novelas” de Mario Vargas Llosa, y antes de comenzar, me agradaría comentar que este autor peruano recibió el Premio Nobel de Literatura en el 2010.
Regresando
al texto antes mencionado, éste nos habla de la importancia de la literatura en
nuestras vidas y, como empieza el escrito: “La literatura es vista
hoy en día como un entretenimiento, del que se puede prescindir en función del
gusto individual. Este texto de Vargas Llosa es una apasionada defensa de la
literatura como la mejor herramienta de comunicación entre los hombres y como
el medio para crear ciudadanos libres y críticos. Un mundo sin literatura sería
un mundo sin lenguaje y, por ello, sin ideas nuevas.”
Leyendo
esto nos damos cuenta de la verosimilitud que maneja el autor, de lo importante
que es cultivarnos intelectualmente para formar nuestro propio criterio y no
ser seguidores de lo que actualmente nos está imponiendo la sociedad.
“La literatura es un adorno que pueden
permitirse quienes disponen de mucho tiempo libre para la recreación, y que
habría que filiar entre los deportes, el cine, el bridge o el ajedrez, pero que
puede ser sacrificado sin escrúpulos a la hora de establecer una tabla de
prioridades en los quehaceres y compromisos indispensables de la lucha por la
vida”
Desde
mi punto de vista, a mis dieciocho años, la literatura lleva a
sensibilizarnos, y esta sensibilidad la entendí hace un par de meses gracias a
mi profesora, Martha Díaz, y créanme, en el área de “Ciencias
Biológicas, Químicas y de la Salud”, la pregunta del millón es: “¿Para qué
chingados está la materia de Literatura?” Pero hoy, con toda certeza, les puedo
asegurar que nos hace sensibles, nos hace humanos.
¿Se
imaginan a un médico sin la parte humana?
Claro
que los hay, y en todas las profesiones, en nuestro actuar cotidiano es lo que
nos falta, ser humanos, ser sensibles
con nuestro prójimo. ¿De qué nos sirve quedarnos en nuestra zona de confort? De
ahí que las personas tenga el concepto erróneo de SOLIDARIDAD y, dando el concepto que yo entiendo: “La
solidaridad es involucrarse en la búsqueda de soluciones para los problemas que
enfrentan los demás, es salir de la zona de confort que da la caridad y comprometerse
a transformar realidades. La solidaridad implica dar desde el corazón, generar
una ayuda real y, además, propiciar la escucha atenta, el respeto y la empatía.”
“Una sociedad sin novelas,
o en la que la literatura ha sido relegada, como ciertos vicios inconfesables,
a los márgenes de la vida social y convertida poco menos que en un culto
sectario, está condenada a barbarizarse espiritualmente y a comprometer su
libertad.”
Claro,
Vargas Llosa nos lo pone en bandeja de plata, estamos sumergidos en un mundo de
barbarie, dentro de una sociedad dormida, dentro de un México pasivo, donde no
somos capaces de salir de la zona de confort para evitar el esfuerzo que
implica transformar realidades. Ubiquen este momento próximo a las “elecciones”,
partidos políticos tirándose a matar unos a otros, haciendo propagandas
absurdas. La literatura nos trae un panorama diferente.
Tomando
el concepto de “Las diferencias son la
riqueza del patrimonio humano”, vivimos en una sociedad en la que lo único
importante es lo material, donde vivimos de apariencias y, piénsenlo, hemos
vivido con estas “diferencias” desde tiempos ancestrales, no podemos
sorprendernos por un holocausto, cuando dando un par de pasos atrás en la
historia, la Inquisición hizo todo tipo de acciones de barbarie y sin respetar
las “diferencias”. Actualmente seguimos viviendo tiempos de genocidios, tiempos
de intolerancia, todo el ambiente nos propicia a ser violentos, nos invita a
ser bárbaros.
“Con la literatura la vida
se entiende y se vive mejor, vivirla mejor significa compartirla con los otros”
Aquí
nos referimos a que la literatura es un punto de contacto, como la música, la
danza, las artes en general, donde las personas compartimos gustos
independientemente de las características biológicas de los individuos, nos
encontramos ante algo que es universal, por la cual nos podemos descubrir como
seres iguales.
Cuando
a Borges se le preguntaba para qué sirve la literatura, entraba en conflicto, se
molestaba y hacía una comparación con el canto de un ave y con el crepúsculo. Decía: “Si esas cosas bellas están ahí y
gracias a ella la vida, aunque sea por un instante, es menos fea y menos
triste, ¿no es mezquino buscarle justificaciones prácticas? … Un poema, una
novela, no están simplemente allí, fabricados por el azar o por la naturaleza.
Son una creación humana”, una creación donde a la sensibilidad y a las
emociones el autor les da forma de una silueta, un cuerpo, un ritmo o armonía. Donde el autor les da vida.
La
literatura te da herramientas, te enriquece, te da las palabras adecuadas para
expresar los sentimientos correctos, para expresar lo necesario,
admiración para aquellos que se atreven a compartir sus opiniones y los hechos
que los rodean, pero más importante, nos quita la soberbia de pensar solamente
en nosotros, nos da la sensibilidad, nos da la capacidad de ser humanos.
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