2 de junio de 2015

UN MUNDO SIN VARGAS LLOSA


Imagen tomada de Un Periodista en el Bolsillo

Me encontraba organizando los libros que quiero leer durante este verano, al tiempo que realizaba esta actividad, me encontré con mi antología de textos utilizada el pasado curso de “Literatura Mexicana e Iberoamericana”. Mientras la hojeaba, hallé “Un mundo sin novelas” de Mario Vargas Llosa, y antes de comenzar, me agradaría comentar que este autor peruano recibió el Premio Nobel de Literatura en el 2010.


Regresando al texto antes mencionado, éste nos habla de la importancia de la literatura en nuestras vidas y, como empieza el escrito: “La literatura es vista hoy en día como un entretenimiento, del que se puede prescindir en función del gusto individual. Este texto de Vargas Llosa es una apasionada defensa de la literatura como la mejor herramienta de comunicación entre los hombres y como el medio para crear ciudadanos libres y críticos. Un mundo sin literatura sería un mundo sin lenguaje y, por ello, sin ideas nuevas.”

Leyendo esto nos damos cuenta de la verosimilitud que maneja el autor, de lo importante que es cultivarnos intelectualmente para formar nuestro propio criterio y no ser seguidores de lo que actualmente nos está imponiendo la sociedad.

La literatura es un adorno que pueden permitirse quienes disponen de mucho tiempo libre para la recreación, y que habría que filiar entre los deportes, el cine, el bridge o el ajedrez, pero que puede ser sacrificado sin escrúpulos a la hora de establecer una tabla de prioridades en los quehaceres y compromisos indispensables de la lucha por la vida”

La literatura es algo que pocos tienen el privilegio de hacer, estamos en un mundo donde el capitalismo nos domina y nos impide tomar un par de horas al día para nosotros, un mundo donde los precios se inflan día con día, donde hay que esforzarse continuamente para pagar deudas que no acaban, un lugar en el espacio donde ganar más dinero se ha convertido en nuestra prioridad, un planeta en el que tomarnos un momento para leer es difícil, es considerado una pérdida de tiempo.

Desde mi punto de vista, a mis dieciocho años, la literatura lleva a sensibilizarnos, y esta sensibilidad la entendí hace un par de meses gracias a mi profesora, Martha Díaz, y créanme, en el área de “Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud”, la pregunta del millón es: “¿Para qué chingados está la materia de Literatura?” Pero hoy, con toda certeza, les puedo asegurar que nos hace sensibles, nos hace humanos.

¿Se imaginan a un médico sin la parte humana?

Claro que los hay, y en todas las profesiones, en nuestro actuar cotidiano es lo que nos falta,  ser humanos, ser sensibles con nuestro prójimo. ¿De qué nos sirve quedarnos en nuestra zona de confort? De ahí que las personas tenga el concepto erróneo de SOLIDARIDAD y, dando el concepto que yo entiendo: “La solidaridad es involucrarse en la búsqueda de soluciones para los problemas que enfrentan los demás, es salir de la zona de confort que da la caridad y comprometerse a transformar realidades. La solidaridad implica dar desde el corazón, generar una ayuda real y, además, propiciar la escucha atenta, el respeto y la empatía.”

“Una sociedad sin novelas, o en la que la literatura ha sido relegada, como ciertos vicios inconfesables, a los márgenes de la vida social y convertida poco menos que en un culto sectario, está condenada a barbarizarse espiritualmente y a comprometer su libertad.”

Claro, Vargas Llosa nos lo pone en bandeja de plata, estamos sumergidos en un mundo de barbarie, dentro de una sociedad dormida, dentro de un México pasivo, donde no somos capaces de salir de la zona de confort para evitar el esfuerzo que implica transformar realidades. Ubiquen este momento próximo a las “elecciones”, partidos políticos tirándose a matar unos a otros, haciendo propagandas absurdas. La literatura nos trae un panorama diferente.

Tomando el concepto de “Las diferencias son la riqueza del patrimonio humano”, vivimos en una sociedad en la que lo único importante es lo material, donde vivimos de apariencias y, piénsenlo, hemos vivido con estas “diferencias” desde tiempos ancestrales, no podemos sorprendernos por un holocausto, cuando dando un par de pasos atrás en la historia, la Inquisición hizo todo tipo de acciones de barbarie y sin respetar las “diferencias”. Actualmente seguimos viviendo tiempos de genocidios, tiempos de intolerancia, todo el ambiente nos propicia a ser violentos, nos invita a ser bárbaros.

“Con la literatura la vida se entiende y se vive mejor, vivirla mejor significa compartirla con los otros”

Aquí nos referimos a que la literatura es un punto de contacto, como la música, la danza, las artes en general, donde las personas compartimos gustos independientemente de las características biológicas de los individuos, nos encontramos ante algo que es universal, por la cual nos podemos descubrir como seres iguales.

Cuando a Borges se le preguntaba para qué sirve la literatura, entraba en conflicto, se molestaba y hacía una comparación con el canto de un ave y con el crepúsculo. Decía: “Si esas cosas bellas están ahí y gracias a ella la vida, aunque sea por un instante, es menos fea y menos triste, ¿no es mezquino buscarle justificaciones prácticas? … Un poema, una novela, no están simplemente allí, fabricados por el azar o por la naturaleza. Son una creación humana”, una creación donde a la sensibilidad y a las emociones el autor les da forma de una silueta, un cuerpo, un ritmo o armonía. Donde el autor les da vida.

La literatura te da herramientas, te enriquece, te da las palabras adecuadas para expresar los sentimientos correctos, para expresar lo necesario, admiración para aquellos que se atreven a compartir sus opiniones y los hechos que los rodean, pero más importante, nos quita la soberbia de pensar solamente en nosotros, nos da la sensibilidad, nos da la capacidad de ser humanos.

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